lunes, 2 de julio de 2018

MEMORIA CAMPESINA


En Venezuela, en cualquier rinconcito que miremos, encontramos tierras de alta calidad para el desarrollo de diversas actividades agrícolas, sin embargo, nuestro modelo educativo, económico y social nos ha alejado progresivamente del campo y sus bondades. Eso también es una de las causas de la crisis económica de hoy. El desabastecimiento y carestía de los alimentos nos obliga a repensar el asunto.

Entonces, necesario es la vuelta al campo, pero esto no debe producirse exclusivamente por necesidad, sino por la convicción que solo en el campo podemos encontrar la independencia y la soberanía de la que tanto hablan y muy poco hacen.
El campo nos proporciona todo lo que requerimos para la vida, alimento, vestido, oxigeno, agua, recreación, medicina, salud y vida. Por lo tanto  el retorno al campo debe darse en el marco de un profundo respeto a la naturaleza y sus leyes sagradas y evitar a toda costa el deterioro progresivo del mismo.
La producción agrícola debe ser cada vez más sana y amigable con la naturaleza. El uso indiscriminado de pesticidas y fertilizantes de origen químico, van deteriorando progresivamente nuestros suelos, aguas y el ambiente y con ello deteriorando nuestra salud.
Las plantas consumen el alimento que les proporcionamos y a su vez nosotros consumimos lo que las plantas nos aportan, es decir, todos los venenos que aplicamos en las actividades agrícolas van a parar a nuestro cuerpo, esa es una de las razones por las que hay tantas enfermedades hoy en día.
Seamos honestos y respetuosos con nuestro entorno natural, rescatemos la ética del trabajo como esencia de vida, contaminemos lo menos posible y así estaremos colaborando con la permanencia de la vida en el planeta.
Amigas y amigos que nos escuchan, Anoten esto: Las ciudades no pueden sobrevivir sin el campo. Por el contrario, el campo si puede sobrevivir sin las ciudades.
Hasta un próximo encuentro conuquero.
“Un abrazo desde este maltratado pedazo de la tierra”

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